¡Hola a todos, bendecidos!

Hace tiempo que no escribía;  pero que va, se pasan los días cada vez más rápido!

Hoy,  meditaba en  lo importante que es estar todos  viviendo en la unidad del espíritu,  como hijos  de la Resurrección que somos,  teniendo claro que la  guerra que vivimos no es natural.

Nuestra lucha no es contra sangre  y  carne,  Efesios 6 nos confirma que  la guerra que nosotros enfrentamos no es  natural,  sino mas bien,  en el mundo  espiritual;     es una  guerra,  una batalla, una lucha  con un potencial  tremendo  que   determina  o no, la expansión del  Reino de Dios!!! Ahora, algo muy importante y básico para nosotros en  las  batallas en el Espíritu,  es necesario   reconocer  y conquistar desde   una posición superior.   Sí sabemos que la tenemos y  aceptamos esta realidad  superior,   entonces veremos y adoptaremos  una actitud de victoria, sobre  la posición del enemigo, que es inferior.

Ahora,   definitivamente nos   equivocamos al suponer que esta  lucha es individual,  que puede andar uno como llanero solitario,   no es  así,   la lucha es una lucha  corporativa. No de unos cuantos sino de la Iglesia, del cuerpo de Cristo   .  Efesios 6 también  a través de  Pablo   habla sobre la Armadura de Dios, misma que es puesta  en el   cuerpo  de la Iglesia  y  es  algo colectivo.

La Armadura equipa   individualmente  a cada guerrero para ir a la guerra unidos, a ver cuando hemos  visto a  un ejército compuesto de un  soldado?  Nunca!

Así como menciono arriba,  la lucha no es contra  carne y  sangre, sino con las condiciones espirituales;  esos conflictos que son producidos por el verdadero enemigo…. (no es ni su marido, ni  su mujer, ni  sus hijos, ni el jefe, ni el pastor,  ni las ovejas, ni el amigo, ni la comadre),  eso que opera en el mundo espiritual, si  literal, los verdaderos enemigos  son, como dice la palabra, :gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, son  fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y  espíritus malignos de los lugares celestiales.

Pero Dios en su infinita misericordia nos capacita  y su poder espiritual domina  cualquier condición natural y espiritual.  Así que, el Señor  nos indica a nosotros  sus hijos, los que representamos Su Iglesia,   Su cuerpo;  que  nos paremos desde nuestra posición  espíritu, y portemos toda la Armadura     no  para jugar,  sino porque Él sabía que la necesitaríamos para  resistir,   poder  vencer y establecer el Reino  de Dios, reconociendo nuestra autoridad   y el poder de oponernos a los métodos del enemigo. Es desde ahí,  de donde usted, yo, y todos los que crean, operamos, para resistir, lograr y  anular las artimañas del enemigo.  A nosotros nos corresponde  conquistar las batallas.

Estamos en esto juntos  Iglesia,  si usted  forma parte de la  Iglesia de Jesucristo, usted es hijo de la resurrección y está sentado  con Él,   en los lugares celestiales en Cristo Jesús (Efesios 2.6),  recuerde esto,  usted tiene una posición y una asignatura de nivel superior e incalculable,  hemos sido llamados  a vivir desde un  lugar de victoria . Este lugar en el  que  estos  representantes del infierno  se oponen rotundamente  a los representantes de Dios. Oro por que no  anulemos lo que se nos está enseñado y señalado en la Palabra de Dios, ser hijos de la Resurrección no es sólo un  estilo de vida,  es la posición que Dios te ha conferido y que fue adquirido por un sacrificio tremendo, la  Sangre de Su Hijo!

Volviendo a la Armadura,  desde que amanece,  hasta que anochece  y duerme,  tenga conciencia de que la Armadura es principalmente  de defensa y la espada del Espíritu es su arma de ataque.  Desde el punto de vista militar,  se  definiría así como la actitud en que se coloca uno  para resistir y rechazar una agresión.   El que se mantiene a la defensiva se esfuerza en impedir su  destrucción y estar a  la ofensiva es la manera de obrar de un ejército que ataca al  enemigo.

Por eso necesitamos la Armadura,  no sólo estaremos a la ofensiva  encargándonos de empujar, presionar,   expandir, desplazar,   y vencer al enemigo!  La idea que estoy tratando de plasmar es que, no  sólo voy a portar   la    Armadura     cuando me quiera defender, sino  hacerla parte de mí   siguiendo  el mandato y la misión de la Iglesia!

Necesitamos portar  la Armadura de Dios para establecer el Reino de Dios y sacar  al enemigo fuera del territorio de Dios,   de nuestra casa, fuera de nuestros hijos, fuera de nuestros trabajos, fuera de nuestros ministerios, fuera de todo lo que Dios nos ha dado ya,   empujarlo porque ha  usurpado el territorio que no le corresponde,  e instalarnos    nosotros y  ocupar nuestro lugar.

¿Cómo?  A través de la Palabra, porque Dios nos ha dado una Armadura? no es para  jugar, verdad?

Ni usted  ni yo estamos llamados a ser pasivos,  ni nos ha creado debiluchos en el espíritu, sabe que esas son meras excusas para quedarse atrás en la zona de confort  mientras el enemigo va  ganando terreno en usted,  en su casa,   en su negocio,  trabajo,  ministerio.   .

Ya acabo, recordándole que hemos sido llamados a  enfrentar  las situaciones  porque   debemos  de establecer  la bandera de conquistar,    el verdadero  propósito de  Dios. Y recuerde,  nada de:  »ay!,   usted perdone   señor tinieblas   voy a sacar a mi hijo de ahí,  de donde lo tiene  usted, de las drogas»  imagínese, sabe usted cuando se lo va a dar?,  nunca!     Mateo  11,12 dice que…el reino de los cielos sufre violencia  y los violentos lo arrebatan!  ¿Qué tan dispuesto está usted en creer?. Su oración debe ser una oración potente que ahuyente al enemigo de su situación.

Jesús ya  venció   y destruyó las  obras del enemigo. Ahora,  nosotros,  usted y yo, representamos a Jesús   para ver  tangible  la victoria, desafiando todo lo que no es de Dios y reconociendo que somos hijos  de la  Resurrección, retomando lo que el  infierno nos ha robado. Establezcamos  el Reino para que Jesús  pueda gobernar en la tierra.

Antes de irme quiero dejar algo claro, que debemos evitar meternos  donde Dios  no nos llama, pues  un ejército no necesita  bajas innecesarias en la batalla. Actitud de Reino! Nosotros como hijo   de Dios  asumimos  nuestra responsabilidad  y no   negamos  el poder de la Cruz, la Resurrección de Vida, la Autoridad de la Ascensión, y Eterna Intercesión de Jesucristo!»

Así que,   NO se  rinda, Sabes que estamos llamados a establecemos Su Reino «en medio de todo » para que Él pueda gobernar en la tierra. Amén.!!

Hasta la próxima, los bendigo, Ingrid.