Amados , El Señor nos enseña que la única forma de enfrentar los problemas por más grandes que sean,  es hacer lo que hizo David.
David recordó la fidelidad de Dios en sus luchas con el león y el oso, esas victorias pasadas sin temor.
 “Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él… David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca… Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente” 1 Sam.17:33-36.
Amados, la fe y valentía para levantarnos a obtener la victoria en Él viene cuando recordamos la fidelidad de Dios.
Por eso es importante que comprendamos la majestad de Dios y Su gloria en nuestras vidas, sólo así lograremos enfrentar a los  gigantes y derribarlos.
Padre, no permitas que olvidemos todas las  victoria que hemos obtenido gracias al favor que tu  nos has dado,  en el poderoso nombre de Jesús, amén.